¿Y qué destacó Milei de los 10 años de menemismo? Los indultos a los genocidas de la dictadura “Como así también a guerrilleros”, y un balance en el que afirmó “No podemos olvidar que Menem recibió una catástrofe hiperinflacionaria y entregó a su sucesor en 1999 un país ordenado, estable y con un PBI per cápita 60% más alto que el del ‘89. Logró ubicar a la Argentina entre los protagonistas emergentes de la nueva globalización”.

La historia real es bien distinta a como la pinta Milei. Es cierto que el triunfo electoral de Menem en 1989, como candidato presidencial del Frejupo (Frente Justicialista de Unidad Popular) “abrió una gran esperanza en los trabajadores y el pueblo argentino de que, por primera vez en muchos años, hubiera una política a favor de los intereses populares. Pero los postulados de contenido nacionalista y reformista levantados en la campaña electoral por Menem fueron abandonados a poco de asumir el gobierno. La esperanza en el salariazo y la revolución productiva fue recibiendo garrotazo tras garrotazo”, analiza el Programa del PCR.

 

El mundo en 1989

Hay que ubicar, en primer lugar, que Carlos Menem asume su primera presidencia en momentos en que se operaban grandes cambios en el mundo. Meses después, en noviembre de 1989, caía el Muro de Berlín que separaba las dos Alemanias, y al poco tiempo colapsaba la Unión Soviética, en esos años una superpotencia imperialista.

“El gobierno de Menem llevó adelante una política liberal privatizadora, de entrega y ajuste antipopular, en particular antiobrera. Así se pasó de una economía fuertemente estatizada a la economía de mercado y desregulada. Se liquidaron ramas enteras de la producción nacional, en especial las más avanzadas tecnológicamente, importantes para un desarrollo independiente de la economía nacional. Incluso se retrocedió en sectores importantes de la industria liviana como la metalúrgica, textil o la del calzado. Con todo eso se expulsó masivamente mano de obra, se liquidó a grandes sectores de la burguesía nacional, en especial la pequeña y media, se agravó la crisis agraria crónica en ciertas zonas y se sumió en la miseria a grandes regiones del país, llevándose a la crisis financiera a la mayoría de las provincias. Se pulverizó la legislación laboral producto de más de un siglo de luchas obreras y se ajustaron las leyes laborales a los nuevos métodos de trabajo que imponen los monopolios…

“El gobierno de Menem coronó con los indultos la impunidad a los genocidas de la dictadura. La capa superior de la burguesía nacional que expresó el menemismo se alió al imperialismo (particularmente yanqui), a los terratenientes y a la burguesía intermediaria”. (Programa del PCR).

En esos años los yanquis, que avanzaron mundialmente por el colapso de la URSS, en nuestro país aprovecharon “sus posiciones en el FMI y las finanzas mundiales, y se apoyó en el hecho de que lo fundamental de la deuda externa argentina es estatal y los bancos norteamericanos son los principales acreedores de esa deuda, para utilizar a su favor la política de privatizaciones y el cambio que significó pasar de una economía fuertemente estatizada a la economía de mercado y desregulada que implementó el gobierno de Menem. Los yanquis han penetrado profundamente en la economía, la política, las Fuerzas Armadas y represivas, y en la política nacional. Se transformó en la potencia hegemónica en el seno del bloque dominante” (Programa del PCR).

 

Un nuevo auge de luchas

En medio de esta compleja situación, y tras un primer momento de confusión en grandes masas por la traición de Menem al programa del Frejupo, se desarrollaron las luchas. Estuvieron las primeras puebladas en Jujuy en 1990 y 1992, y la prolongada lucha de los trabajadores del Astillero Río Santiago, la única empresa estatal que el menemismo no pudo privatizar. Libraron luchas importantes los obreros de Siderca en 1992, y los vecinos del Barrio María Elena en La Matanza consiguieron los títulos de propiedad. Fueron derrotadas huelgas importantes como la petrolera, la lucha telefónica, mineros de Sierra Grande, ferroviarios, metalúrgicos de Somisa, etc.

A fines de 1993, el 16 de diciembre, una gran pueblada en Santiago del Estero conmovió al país, confirmando el camino de las grandes puebladas de las décadas de 1960 y comienzos de los 70. Con esto se reanimó el clasismo antioligárquico y antiimperialista, y surgió en 1994, hace 30 años, la Corriente Clasista y Combativa, y se inició un nuevo auge de luchas.

Menem logró su reelección en 1995, como analiza el Programa de nuestro PCR, porque “Las consecuencias de la hiperinflación alfonsinista hicieron que las masas se aferraran a la estabilidad conseguida con el plan de convertibilidad, a pesar de que la misma estaba basada en el congelamiento salarial y la entrega del patrimonio nacional”.

En 1996, en medio de puebladas protagonizadas en muchos casos por miles de desocupadas y desocupadas de las empresas privatizadas por el menemismo, nuestro PCR, a través de su primer secretario general, el querido Otto Vargas, planteó que la salida a la política proimperialista y proterrateniente del menemismo era un Argentinazo triunfante, y convocó a trabajar para esa perspectiva.

El “plan Cavallo” se agotó, y quedaron expuestas las funestas consecuencias del mismo. Miles y miles de desocupados, y una entrega brutal de nuestras empresas y recursos naturales. Se fueron sumando grandes masas a la lucha, y sectores del peronismo rompieron con la dirección menemista.

Eduardo Duhalde, el candidato del “mejor presidente de la historia”, según Milei, perdió en octubre de 1999 las elecciones presidenciales frente a la Alianza encabezada por Fernando de la Rúa.

Las luchas crecieron contra la política de hambre y entrega continuada por el gobierno de la Alianza, y desembocaron en la pueblada de diciembre del 2001, que terminó con la renuncia de De la Rúa. De esta parte de la historia Milei prefiere no hablar.

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Lo que Milei oculta de Menem

Milei, en su valoración de Menem y su gobierno, oculta las consecuencias de su política. Para las nuevas y viejas generaciones, enumeramos algunos de los hechos que marcaron los 10 años del menemismo:

Al comienzo de su gobierno, denuncia de pedido de coimas por parte de la empresa yanqui Swift-Armour. Empresas fantasmas de funcionarios del menemismo para vender leche adulterada y guardapolvos de dudosa calidad. Valijas de dinero narco pasaron por la Aduana de Ezeiza dirigida por Ibrahim al Ibrahim. En 1995 una explosión voló la Fábrica Militar de Río Tercero, dejando siete muertos y 300 heridos. Esto se hizo para ocultar el contrabando de armas a Croacia y a Ecuador, por el que Menem recibió una condena a siete años de cárcel.

Dos atentados terroristas; contra la Embajada de Israel en marzo de 1992, en el que murieron veintidós personas y contra la AMIA, en julio de 1994 con ochenta y cinco muertos.

Menem contó con una Corte Suprema de la “mayoría automática”, revelada en la “servilleta de Corach”, donde el ex ministro del Interior había anotado sus nombres.

Escándalos de corrupción a granel: Sobresueldos con dinero del presupuesto de seguridad, robos en el PAMI, coimas pagadas a IBM. Ahí comenzó una serie de “suicidios” y muertes dudosas de testigos y funcionarios involucrados en varios de estos casos, entre ellos gente zurda que aparecía suicidada con una pistola en la mano derecha. El más famoso y nunca esclarecido, el del empresario de correos Alfredo Yabrán, responsable del asesinato del periodista José Luis Cabezas.

En marzo de 1995 fue derribado el helicóptero del hijo del presidente, Carlos Menem, hecho nunca esclarecido, y que también dejó testigos, peritos, médicos, investigadores y hasta agentes de la SIDE muertos.

El menemismo entregó vilmente los ferrocarriles, y grandes empresas nacionales como Aerolíneas Argentinas, ENTel, YPF, Gas del Estado, Segba, Hidronor, Banco Hipotecario Nacional, Altos Hornos Zapla, Encotel y Obras Sanitarias de la Nación.

“El mejor presidente de la historia», para Milei, según datos del Indec elevó la desocupación, entre mayo de 1994 y octubre de 1997, del 7,7% al 22,4 %. Y la cifra de personas bajo la línea de pobreza llegaba a casi trece millones hacia el final de su segundo mandato.

 

 

fuente:Escribe Germán Vidal

hoy N° 2011 22/05/2024