ESTIMAN QUE EN LA PROVINCIA HAY POR LO MENOS 50 CLUBES TOMADOS

Las causas son de las más diversas y van desde disputas entre los socios de las entidades hasta usurpaciones por parte de exempleados

El club 6 de Febrero supo ser el lugar de encuentro de los vecinos de la zona de Italia y bulevar Seguí. Pero últimamente se convirtió en un dolor de cabeza. Desde hace años, los socios están pidiendo la normalización del club, que quedó en manos de la familia de un expresidente de la entidad que ya no les abre la puerta. En Génova al 1200, las instalaciones del Internacional son parte de una disputa entre un grupo de antiguos socios del club y una exempleada del lugar que lo usa como vivienda. La enumeración podría ser más larga, según advierten quienes conocen el ámbito del deporte comunitario. Actualmente, en la Inspección General de Personería Jurídica de la provincia (IGPJ) hay más de un centenar de clubes tramitando su normalización y estiman que la mitad son instituciones tomadas.

Hasta esa oficina llegaron la semana pasada los vecinos de barrio Tablada que vienen denunciando que punteros políticos usurparon el club Alice, de Patricias Argentinas al 4800 (frente al Museo del Deporte Santafesino), donde unos 80 chicos de 6 a 13 años practican fútbol a diario. El miércoles pasado, junto a autoridades de provincia y municipio, acordaron poner en marcha un proceso de empadronamiento de socios para elegir autoridades para el club.

El Club Sparta en zona norte. Allí estaba el diputado y precandidato a intendente Enrique Estevez cuando recibieron una amenaza. 

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Servicios de traslado y atención. Según datos de las empresas, el 80 por ciento de los llamados son por los denominados casos “banales”.

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De esta forma, el Alice integrará la lista de más de cien entidades deportivas de toda la provincia que están en proceso de normalización en la IGPJ. Según calcula la directora del organismo, María Victoria Stratta, una de cada dos son instituciones que estaban tomadas, generalmente por vecinos, exempleados o exdirigentes del club.

«Generalmente estas situaciones nos llegan por denuncias de vecinos o de autoridades de municipios o comunas», explica la funcionaria y recuerda que llegaron a encontrar casos de predios deportivos donde estaban funcionando gomerías o restaurantes, también garitos de juego clandestino.

Para la directora de Inspección, estos son ejemplos de «distintos negocios particulares que algunos intentan hacer con los clubes«. Cuando están bien ubicados, los predios de los clubes caen bajo la especulación inmobiliaria. «Tenemos permanentemente agentes que se acercan a preguntar sobre la situación de las instituciones», dice y afirma que las empleadas de mesa de entradas ahora se encargan de registrar estas solicitudes, frente a la sospecha que generan.

De acuerdo a registros de la IGPJ, en toda la provincia hay 15 mil asociaciones, fundaciones y sociedades anónimas sujetas al control de la Secretaría de Justicia. Hace un año, se dispuso un reempadronamiento de estas entidades para regularizar su situación y crear un mapa de las instituciones que existen en el territorio santafesino.

Actualmente, de acuerdo a datos del organismo, en la delegación sur de la IGPJ hay 300 instituciones en proceso de normalización. Son clubes, vecinales, asociaciones culturales u organizaciones de ayuda solidaria que están poniéndose al día con la presentación de estatutos, balances y actas de asamblea, entre otros trámites. De ese número, 112 son de Rosario. La delegación norte del organismo tiene otros 350 expedientes en trámite.

En una zona gris

En Rosario, las entidades deportivas sin fines de lucro son unas 400. El número surge de la Subsecretaría de Deportes del municipio y suma tanto a clubes como a asociaciones y ligas. Según advierten quienes conocen el funcionamiento de estas entidades, son «muchas» las que se mueven en una zona gris o no tienen sus papeles al día. Carecen de estatutos, no renuevan sus comisiones directivas o no presentan sus balances.

«Hay mucha informalidad y también mucha falta de control», advierte una persona que conoce desde hace tiempo el funcionamiento de los clubes y pide reserva de su nombre.

Según apuntan, el panorama es tan variado como las mismas entidades y sus asociados. «Hay muchos casos que están en vías de normalización, hay otros clubes en los que las comisiones directivas trabajan bien pero no presentan los papeles, hay otros donde las mismas comisiones directivas de los clubes están enfrentadas y las instituciones están partidas en dos y finalmente hay clubes que están tomados por personas que se adueñan del predio y lo usan para usufructo personal», como vivienda o para hacer negocios, lícitos o no.

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Algunos casos

Actualmente, señalan, en la ciudad hay unos seis casos «emblemáticos» de comisiones de socios que están pidiendo la regularización de los clubes «desde hace años». Uno de los más antiguos es el club Deportivo Internacional, del barrio de Arroyito.

La entidad fue fundada por varios vecinos, entre ellos Ernesto Baglietto, padre del músico Juan Carlos, en mayo de 1944. Era un club donde se podía ir a jugar al básquet o al ajedrez, pero en los 90 empezó a perder socios hasta que un día no volvió a abrir sus puertas. La familia del viejo buffetero del club quedó viviendo en el lugar, hasta que en 2009, integrantes de la vecinal Sarmiento quisieron recuperar el predio.

No es el único caso. Un poco más actual, el club 6 de Febrero se ve inmerso en un proceso similar. Según denuncia un grupo de vecinos, la hija de un expresidente de la entidad convirtió las instalaciones de Italia 3660 en su vivienda personal.

Los socios llevan unos cuatro años peleando por su recuperación. La IGPJ habilitó el proceso de normalización. Sin embargo, aún no se puede realizar la asamblea para elegir a las autoridades por la imposibilidad de ingresar al predio.

El mismo camino está desandando un grupo de socios del Solís, de barrio Azcuénaga, en la zona oeste de la ciudad. Para sorpresa de quienes están intentando recuperar el lugar, quienes lo usurparon se construyeron una casa arriba de las instalaciones del club.

El club Atlético y Social el Uruguayo, de Marcos Paz 4778, se fundó a mediados de la década del 50 como un espacio para la práctica deportiva y lugar de esparcimiento de los vecinos de la zona oeste. Sin embargo, su presente poco tiene que ver con la competencia, las instalaciones del club se transformaron en un salón para la organización de fiestas, atendido por el antiguo buffetero.

El club Gutenberg (Gutenberg 910) también se transformó en una parrilla, con poca o nada actividad deportiva. Lo mismo que el club Italo Argentino, en la calle Padre Giaccone 2141, también usurpado y convertido en un salón de fiestas.

Un camino posible

«Los clubes son de sus asociados», remarca un histórico dirigente deportivo de la ciudad y advierte que son los socios los que tienen que iniciar los pedidos de normalización de estas entidades «porque los organismos oficiales no actúan preventivamente sino frente a las denuncias que reciben».

Según destaca, en los últimos tres años se normalizó una veintena de clubes que pudieron regularizar su comisión directiva, incrementar su padrón de socios y mejorar sus instalaciones. Casos como los del club de básquet Atlético Sportivo Paganini Alumni o del club María Reina, el Atlético Centenario o Atlanta, son algunos ejemplos de que se trata de un camino posible.

FUENTE : LACAPITAL.COM

23 de mayo 2023·03:05hs